Prepararse para una entrevista requiere el mismo esfuerzo que si se tratara de una presentación. Tanto si es la persona entrevistada como si está evaluando a un candidato para un nuevo puesto, la clave está en la preparación.
Lo primero es elaborar una lista con las preguntas que desee formular o que le puedan plantear. Después, lo mejor es redactar dos versiones de las respuestas: una corta y otra ampliada. No debemos olvidar que la entrevista se estará desarrollando en un idioma ajeno al suyo, y esto le ayudará a tener más argumentos en caso de que la situación lo requiera. Lo siguiente es la valoración de las respuestas. Lo ideal es que este último paso lo haga un tercero para contar con una visión objetiva y detectar cualquier aspecto mejorable. Si no puede contar con otra persona, es mejor esperar y revisar las respuestas pasados unos pocos días.
El último paso es practicar la pronunciación y la entonación correcta con un profesor quien se encargará de que el efecto sea el esperado y de que los argumentos sean presentados de la manera adecuada.
Ya solo faltará ensayar y desearle mucha suerte con la entrevista.