Durante la preparación de una presentación o discurso, muchas veces nos olvidamos de algunos aspectos fundamentales, como determinar la ocasión en que se va a pronunciar, el objetivo y los resultados que buscamos y la audiencia que vamos a tener.
Una vez aclarado esto, podremos definir el tono y el estilo con precisión. La siguiente etapa consiste en redactar las distintas partes, desde la introducción, hasta la conclusión y llamada de atención final, pasando por el cuerpo del mensaje y el desarrollo de los argumentos.
En una última etapa, valoramos el contenido y practicamos la pronunciación y la entonación adecuadas para alcanzar el mejor resultado.